Me había tomado unas pequeñas
vacaciones. No podía digerir la cantidad de informaciones, opiniones
interesadas más bien, que a diario aparecen en los medios de
comunicación sobre escándalos, corruptos y corruptores. Me siento
apestado. No se si es por el hedor de la mierda que nos tiran encima
o porque nuestro país se ha convertido en un verdadero retrete donde
todo el mundo hace sus necesidades. El ambiente resulta irrespirable.
España apesta.
No me voy a referir al contenido de dos
días de intenso debate sobre el Estado de la Nación que me tuve que
tragar en el Canal 24 Horas de Televisión Española. El tiempo que
empleé para conocer de primera mano lo que nuestros políticos
tenían que decir al país me sirvió de mucho. Pero me sentí solo y
como un estúpido al conocer las informaciones que iban apareciendo
en prensa, radio y televisión. El resumen, publicado incluso antes
de que finalizase su discurso el primer orador de la oposición, era
que Rajoy había tumbado a Rubalcaba. Eso es todo lo que he podido
deducir del Estado de la Nación. Según lo que me dicen esos medios
de comunicación, deduzco también que se podían haber ahorrado el
debate, los oradores y los palmeros.
Seguramente los socialistas habrán
sido malos malísimos y lo serán por los siglos de los siglos. Yo,
que los he apoyado y los sigo apoyando como alternativa al gobierno
actual, también tengo que pechar por las ideas que tengo. Aunque no
sea cargo público, ni cargo orgánico y ni siquiera afiliado, me
toca cargar con las culpas de quienes con mi voto han gobernado.
Además de sufrir como cualquier otro ciudadano las decisiones que
toman otros, en mi nombre y sin contar conmigo, tengo que aguantar
las imbecilidades de muchos de mis convecinos que solo se manifiestan
a corriente borreguera, no sin antes haberse atiborrado de cervezas
para olvidar que ayer me estaban lamiendo el culo para ver lo que
recogían. No importa quien sea, comunista, pepero o apolítico,
todos sin excepción lanzan la piedra contra el que tiene los santos
bemoles de declararse socialista, pero ninguno enseña la mano.
Yo no puedo rectificar lo que no he
hecho, pero si puedo dar mi opinión. Y esta es tan válida como la
de cualquier otro vecino. Al fin y al cabo, lo único que quedará
reflejado en los libros de ciencia y de historia sobre lo ocurrido en
los últimos tiempos será que cayó un meteorito en Rusia y que tuvo
que dimitir un Papa para desenmascarar a su presunto asesino.
amen
ResponderEliminarAnimo Carlos, tienes razón, adelante, no te vengas abajo,el panorama político huele mal y tu no tienes la culpa. FernandoE-2000
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